Otra vez he vuelto a sentir lo mismo, tenía tiempo que no me pasaba. Ese deseo incontenibles de sentir su aliento y sentir su respiración en mi rostro otra vez. He pensado en su cuerpo desnudo, siento la necesidad de tenerle en mis brazos y acariciarle con suaves caricias, pero al mismo tiempo firmes y ardientes.
He soñado con sus pies fríos buscando calor con mi anatomía y ese perfume único de su cuerpo, el cual me excitaba de tal forma, que agudizaba todos mis sentidos y aceleraba al máximo mi corazón. Sus labios manjar de dioses que con dulzura y pasión tocaban los míos y me hacia tocar las nubes. Aquella mirada con la que muchas veces me hacia sentir querido.
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